Tallin se ha convertido en un destino imperdible en Navidad. Cada año, miles de personas visitan el mercadillo en busca de su famosa “magia”.
Los niños disfrutan de carruseles y de un Papá Noel que reparte caramelos. Y para los adultos se ofrecen artículos de artesanía de todo tipo y delicias como el pan de jengibre o sus abundantes asados navideños.
Poder disfrutar de todo esto mientras los copos de nieve caen y las luces iluminan la ciudad, es más que un privilegio, es el mejor regalo navideño del mundo.
Sorry, the comment form is closed at this time.